lunes, 4 de octubre de 2010

NUEVO CAMINO A MACHU PICCHU


Ante las nuevas restricciones y límites impuestos al Camino Inca durante los últimos años, hemos buscado nuevas caminatas que conduzcan a Machu Picchu. En noviembre del 2004, Iván (director de Indiana Expedition) junto a Hugo (guía), Pedro (cocinero) y Richard (porteador) probó una nueva ruta que conduce a la antigua ciudadela Inca a través de paisajes de montañas nevadas y bosques tropicales. Éste es su relato.
El primer día empezó muy temprano en Cusco, a las 4 de la mañana me reuní con mis compañeros de caminata: Hugo, Pedro y Richard y nos dirigimos en un transporte privado al poblado de Mollepata. El trayecto duró unas 2 horas por una ruta en su mayoría pavimentada. Durante el viaje pude observar el amanecer sobre el impresionante nevado Salkantay (6,271 metros de altura), y como los primeros rayos de sol iluminaban la nieve que lo cubre.
En Mollepata pudimos estirar las piernas y darle una vuelta a su plaza de armas. El olor a leña nos atrajo e invitó a desayunar en una de las cafeterías del pueblo. Una vez desayunados continuamos con nuestro viaje en carro hasta Soraypampa. Dos horas por un sendero sin asfaltar nos condujo a esta pampa a los pies del Humantay, otro nevado impresionante de la zona. Las vistas eran postales de montañas nevadas, bosques y ríos.
Una vez en Soraypampa, a 3,850 metros sobre el nivel del mar, Pedro y Richard acomodaron los utensilios de cocina así como los víveres para los próximos 3 días. La primera parte del trayecto consistía en 4 horas de ascenso hasta el Paso de las Apachetas a 4,600 metros de altura. El sendero nos llevaría por una quebrada al lado del Salkantay que incluye un tramo conocido como "7 vueltas", un sendero en zig-zag que permite ascender la ladera de la montaña para llegar luego a la laguna Yanacocha. Esta laguna de aguas turquesas nos dio el lugar perfecto para un descanso y comer algo antes de continuar. En ese instante Hugo, el guía, apuntó hacia el Salkantay, el nevado nos mostraba el hielo de su cima bajo el sol, una vista que no olvidaré jamás, un verdadero regalo de este camino.
Una vez que comimos, continuamos con la caminata hasta el paso por unos 45 minutos más. Hugo me sugirió que cogiera una piedra pequeña para que la cargara y depositara luego en el paso como ofrenda a los espíritus protectores de las montañas. Por supuesto escogí una lo suficientemente grande para que me asegurara la protección de los "Apus" (espíritus de las montañas), pero que no me matara en el intento. El paso nos aguardaba con una ligera lluvia, así que deposité la piedra entre las "apachetas" (montículos de piedras dejados por los lugareños para los Apus). Luego continuamos con el descenso, el cual fue difícil por una ligera lluvia que se convertía en nieve a ratos.

Luego de 2 horas de descenso llegamos a Huayramachay, una pampa donde la vegetación retorna de manera aún tímida. Nuevamente estábamos a 3,500 metros de altura, igual que al inicio de la caminata. Todavía nos quedaban 3 horas más de caminata hasta nuestro campamento. El sendero era ahora a través de una zona más boscosa. A las 6 p.m. estábamos llegando a Chauyay a 2,900 metros de altura, lugar elegido para nuestro campamento. Luego de una cena caliente, a las 8 p.m. ya estaba dentro de la bolsa de dormir, cansado pero contento de haber visto el Salkantay en todo su esplendor.
El segundo día nos aguardaba con un cielo despejado y soleado, luego de un nutritivo desayuno y de alistar nuestras mochilas, empezamos con la caminata. Continuaríamos descendiendo para adentrarnos en los bosques sub-tropicales del Urubamba. Luego de media hora de caminata llegamos a Colpabamba. La vista del río Blanco en ese día soleado es lo que más recuerdo del trayecto. Continuamos por un sendero que descendía hasta la orilla del río. Los bosques al lado del río eran exuberantes, plantaciones de café, fresas silvestres, granadillas y otros árboles y plantas tropicales. A la medida que pasaban las horas del día, aumentaba también el calor y se podía sentir la humedad del bosque tropical. Pasada 1 hora y media, llegamos a Wiñaypoco. Allí tomamos un descanso y comimos algo ligero.

La última parte del camino nos llevó por un sendero paralelo al río y nos permitió apreciar varias caídas de agua, algunas de ellas preciosas. Luego de 3 horas de caminata llegamos al poblado conocido como Playa (a 2,350 metros de altura) que sería nuestro campamento.
El último día empezó con un ascenso de 4 horas siguiendo un camino Inca original. Dicho sendero construido por los Incas nos condujo al centro arqueológico de Llactapata, el cual viene siendo excavado y restaurado por arqueólogos de Cusco. La visita de este sitio arqueológico fue muy interesante porque nos permitió imaginar en que condiciones se encontraba Machu Picchu al ser descubierto por Hiram Bingham en el año 1911. Unos metros más abajo, encontramos un mirador desde donde pudimos ver la ciudadela de Machu Picchu desde un ángulo poco visto por los turistas. Continuamos con un descenso bastante empinado que nos condujo finalmente hasta el río Urubamba. Una vez allí esperamos en la estación de tren el transporte hasta el poblado de Aguas Calientes, donde podríamos descansar en un hotel, para visitar a la mañana siguiente Machu Picchu.

1 comentario:

  1. The Salkantay Trek is a famous trekking in Cusco and is a great alternative to the Inca Trail to Machu Picchu. Going this hike, you’ll be able to see some of the most beautiful places in Cusco - Peru and see the snow covered Mountain

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